Editorial

Preocupación por las finanzas públicas

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El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) ha sido consistente y enfático en advertir sobre un deterioro de larga data en el estado de las finanzas públicas chilenas, y es justamente la reiteración de esas alertas lo que demuestra que no han sido suficientemente atendidas.

Si el mes pasado, en su informe sobre el Balance Estructural y la deuda pública, el CFA advertía que “no existen espacios para nuevos gastos permanentes en los próximos años si no se aumentan las fuentes de financiamiento también permanentes”, en su presentación de esta semana ante el Congreso ratificó el diagnóstico de “estrés fiscal”, pero agregando que “ante una eventual crisis, el sector público tendría significativamente menos ahorros y menor espacio para endeudarse del que tuvo en las grandes crisis previas”, considerando los niveles actuales de endeudamiento y activos financieros del Tesoro Público.

El problema cruza gobiernos de signo político opuesto, y por ello debe abordarse desde un sentido de responsabilidades compartidas.

Este es exactamente el tipo de diagnóstico que debería ocupar parte importante del debate en el foro de la Enade que tendrá lugar hoy, pues se sustenta en datos tan objetivos como preocupantes sobre los mayores porcentajes de deuda pública respecto del PIB, o al promedio de gasto fiscal (23,8% del PIB) versus ingresos fiscales (22%) en los últimos 16 años.

Se trata, entonces, de un problema que cruza gobiernos de signo político opuesto, y que por ello debe abordarse desde un sentido de responsabilidades compartidas, sobre lo hecho en el pasado y sobre lo que es necesario hacer a futuro. En efecto, el CFA llama a alcanzar acuerdo políticos para enfrentar un “deterioro de las finanzas públicas (que) se observa desde la crisis financiera global de 2008”, y resulta positivo que el ministro de Hacienda refrendara ayer dicho llamado, justamente aludiendo a la Enade como posible espacio un diálogo sustantivo (y transversal) “para resolver los cuellos de botella que tenemos en materia fiscal”.

La situación vulnerable del erario hace más difícil enfrentar pasivos sociales urgentes y actuales, además de reducir el margen para resistir crisis en el futuro.

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